viernes, 15 de abril de 2011

“TETAS, MENTIRAS Y GRRENPEACE”

Trata sobre las mentiras que en ocasiones yo creo que los autores publican solo para tener su minuto de fama y es lo que el autor critica y está totalmente en desacuerdo al igual que yo porque creo que si la ciencia se divulga debe ser de una manera cierta que se pueda rectificar y que haya  argumentos validos como por ejemplo me parece una tontería que digan que el mirar diez minutos los pechos de una mujer pude alargar la vida de un hombre 5 años, pero que estupidez  se imaginan cuantos hombres alargarían su vida jajá y lo que publica Greenpeace que solo publico lo de los productos transgénicos por publicar pero que al argumentar su postura estos no son convincentes pues dicen que hacen daño pero aun no está comprobado totalmente.
CONCLUSION!!!
Pues yo estoy totalmente de acurdo con el autor del artículo y es cierto que como ya dije anteriormente hay algunos autores que solo publican por publicar y sin argumentos validos y  lo peor de todo es que muchas ocasiones creemos lo que se dice que mala onda de esos tontos pues si nosotros recurrimos a consultar opiniones es para obtener nuevos conocimientos pero si estos son falsos pues viviremos engañados creyendo algo cuando es otra cosa uffff que fuerte.
INVESTIGACIONCampañas dramáticas, sospechosas y falsas
Las campañas de Greenpeace son un verdadero ejemplo de marketing y rara vez se consigue descubrir lo que se esconde tras ellas. Uno que lo ha intentado es el periodista islandés Magnus Gudmundsson. Su documental Survival in the hight North (Supervivencia en el alto norte) muestra las dramáticas condiciones de vida de los cazadores de Groenlandia tras las campañas de Greenpeace. Gracias a las campañas de la organización para prohibir la importación de piel de foca en Europa, los pueblos cazadores se han visto sumidos en la miseria, en la dependencia de la Seguridad Social y en la degradación de la bebida. Igualmente ha ocurrido con los inuft (esquimales) canadienses. La imposibilidad de comerciar con la piel de foca, por las presiones de Greenpeace, está llevando a la desintegración social de este pueblo. Hoy por hoy los inuits recogen una de las tasas de suicidios más elevadas del mundo.

Gudmunsson fue demandado por Greenpeace Noruega, por difamación. En mayo de 1992 los tribunales dieron la razón a Gudmunsson. A raíz de ello, el presidente de Greenpeace Noruega, Bjorn Oekern renunció a su cargo. Además auto-denunció a la organización ecologista por sus métodos recaudatorios. Greenpeace Noruega pasó de tener 15.000 socios a solamente 35. Hoy por hoy la filial está a punto de ser cerrada.

Otro periodista, el danés Leif Blaedel demostró que una película de propaganda de Greenpeace estaba falseada. La organización ecologista había contratado a personas que se dedicaban a matar salvajemente focas para, así, denunciar el asesinato de focas. Igualmente la película ecologista Goodbye Joey fue condenada por los tribunales de Dirranbadi (Australia) por utilizar tomas falsas. En este caso fueron contratados por Greenpeace unos cazadores de canguros que se dedicaron a maltratar canguros para poder hacer la película. En este caso los cazadores fueron multados. Sin embargo, la película se ha exhibido en muchos países como un reportaje real.

Es conocida la violenta campaña que Greenpeace realizó contra Islandia, a finales de la guerra fría, para que prohibiera el paso por sus aguas de submarinos de la OTAN. Ya que, como excusa, se afirmaba que la radiofrecuencia de los sistemas de comunicación submarina dañaban a las ballenas. Greenpeace inició un espectacular boicot contra Islandia poniendo el país al borde de la quiebra comercial. Sin embargo, de Greenpeace no salió ni un sólo ataque a la Unión Soviética y mucho menos a sus submarinos que también frecuentaban las estratégicas aguas de Islandia. La propia Unión Soviética, comenzando por Gorbachov, manifestaron un sospechoso interés por la ecología (teniendo en cuenta que la URSS fue uno de los países más contaminantes del planeta). La URSS subvencionó a varios partidos ecologistas, especialmente al Partido Verde Alemán.

Otro país que Greenpeace tiene en el punto de mira es Argentina. Recientemente la organización ha promovido una campaña denunciando que el glaciar Upsala está desapareciendo por culpa del calentamiento» del planeta. Dicho fenómeno, en realidad, ya había sido detectado y controlado por los científicos del World Monitoring Service, y no por Greenpeace. El fenómeno del Upsala se debe a causas dinámicas y no a un derretimiento por sobrecalentamiento. De hecho, la prueba más evitente es que en la zona de los Campos de los hielos, donde se encuentra el Upsala, otros glaciares se mantienen estables, como el Perito Moreno. O, más sorprendente, en la zona chilena, el glaciar Pío XI va aumentando de tamaño. Sin embargo, Greenpeace, nunca ha citado en sus informes-denuncia estos datos.

Otra campaña sonada fue la iniciada contra el biólogo marino Richard Lambersten de la Universidad de Florida, en 1986. Lambersten realizaba investigaciones con tejidos de ballenas. Greenpeace consideró que sus investigaciones no eran científicas y estaban al servicio de los balleneros. Se inició una campaña contra el biólogo. Por fin, Greenpeace consiguió que la Universidad de Florida lo despidiera. En realidad Lambersten sólo realizaba investigaciones para identificar las enfermedades de las ballenas y descubrir posibles curas.

Curiosamente, Greenpeace no dedica fondos de su presupuesto a investigaciones sobre cómo eliminar la contaminación del planeta. Su "misión es denunciar la contaminación, no eliminarla". Más bien, muchos dudan de las buenas intenciones de la multinacional ecologista, a parte de ser un magnífico modus vivendi para unos cuantos.

Eco-terrorismo

Greenpeace es algo más que un grupo ecologista. Sus ramificaciones van desde la New Age hasta los grupos ecologistas radicales. Los primeros activistas de la organización tenían fama de consultar regularmente el tarot, el I Ching y las antiguas tablas aztecas. Los últimos están conectados con grupos radicales como Earth First! (La tierra primero).

El fundador de Earth FirsH, Michael Roselle, está actualmente en la nómina de Greenpeace, aunque sobre él recae una orden de búsqueda de la Interpol a petición del gobierno noruego. Se le acusa de minar un ballenero noruego anclado en puerto. Esta organización se hizo famosa en los países madereros por introducir gruesas púas de acero en los troncos de los árboles. Las púas saltaban como metralla cuando los troncos eran introducidos en los aserraderos, causando innumerables heridas entre los trabajadores. El investigador Barry Clausen, infiltrado en el grupo eco-terrorista- pudo publicar en 1994 el libro Walking on the Edge (Caminando por el precipicio). En este libro se desvelan las conexiones del grupo radical con Greenpeace.

Relaciones y hechos tan evidentes que debería conocer todo el mundo, son ocultados a la sociedad. La prensa democrática necesita de héroes democráticos portadores de valores democráticos y entre ellos, los ecologistas son los preferidos. Por eso Greenpeace se ha convertido en un héroe mediático intocable.

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